EL ASPECTO FÍSICO
1. Suspender la cabeza y elevar la energía interna
Al practicar Tai-chi chüan, debe mantenerse la cabeza erguida y en una posición central. De este modo, la energía interna subirá hacia la coronilla. La cabeza es la pieza clave de todo el cuerpo. Sólo cuando se mantiene erguida y en una posición central, el ¨shen¨-espíritu- puede elevarse y conservarse activo. No obstante, uno no debe aplicar ninguna fuerza para obtener esta posición. Para hacerlo sin ningún esfuerzo, lo mejor es imaginar que la cabeza está suspendida de un hilo desde arriba. ¨La canción de las trece posturas¨dice: ¨Mantener la cabeza como si estuviera suspendida por una cuerda desde el techo y el cuerpo podrá sentirse ligero y ágil¨.
2. Relajar el pecho y elevar la espalda
El pecho es lo que permite que el diafragma baje. Esto facilita que el ¨chi¨- la energía interna- pueda hundirse en el ¨tan-tien¨. Elevar la espalda es lo que permite que las vértebras estén rectas verticalmente, de modo que la energía pueda ser efectivamente lanzada desde la columna vertebral.
3. Relajar la cintura y las nalgas
La idea de relajar la cintura es para que ésta sea ligera y esté relajada. En el tai-chi chüan todos los giros y cambios de peso del cuerpo están controlados por la cintura. ¨La canción de las trece posturas¨ dice: ¨La fuente de mando de todo movimiento está en la cintura¨. Si la cintura está cómoda y relajada, no sólo el chi puede hundirse fácilmente en el ¨tan-tien¨ fluyendo libre y activamente , sino que la parte baja del cuerpo puede fortalecerse y evitar así el error de sentir pesada la parte más alta y ligera la parte más baja. Al bajar las nalgas permitimos que éstas se hundan verticalmente de modo que no sobresalgan. Particularmente al agacharnos , debemos poner especial atención en no infringir estas normas , pues si inclinamos las nalgas esto nos impedirá relajar la cintura.
4. Hundir los hombros y bajar los codos
Si los hombros no están hundidos, el chi puede ser obstruido en el pecho y la energía fluirá hacia arriba de un modo adverso. Si los codos no están bajados, la fuerza no podrá aumentarse y las caderas perderán su protección. Estos cuatro puntos enfatizan las posturas naturales de la estructura del cuerpo del que lo practica, evitando así cualquier uso artificial de las posturas. Su propósito es permitir que el cuerpo esté completamente relajado y, de este modo, uno pueda moverse ligera y ágilmente, actuando con libertad.
EL ASPECTO MENTAL
5. Dirigir el movimiento usando la voluntad
Aplicar más fuerza de la que uno pueda es el tabú número uno en el Tai-chi chüan. En todos los movimientos debe usarse la voluntad, tanto para dirigirlos como para enlazarlos. Por ejemplo, cuando movemos las manos hacia arriba no se mueven automáticamente por sí mismas, sino que nuestra voluntad las mueve hacia arriba. Cuando nos movemos, nuestra voluntad continúa y el movimiento de las manos continúa. Cuando paramos la voluntad, el movimiento de las manos se interrumpe. Después de un largo período de práctica, se puede desarrollar una especie de poder mental que el Tratado de Tai- chi describe como ¨ser capaz de mover el chi con la mente y de impregnar el cuerpo de chi¨. Éste es el secreto de ¨la mente sobre el cuerpo¨.
6. La unificación de la forma y el espíritu
El último objetivo de la práctica del Tai-chi chüan es el cultivo del espíritu. Por lo tanto, mientras practicamos los ejercicios, se debe levantar el espíritu de forma que esté en armonía con el movimiento del cuerpo. Sólo de ese modo nuestro cuerpo puede estar alerta para aprender ante un estímulo externo , y sólo de esta manera nuestros movimientos pueden ser ligeros y ágiles.
Extraído de ¨La técnica del Tai-Chi¨ de Ángel Fernández Castro
EL ASPECTO MENTAL
5. Dirigir el movimiento usando la voluntad
Aplicar más fuerza de la que uno pueda es el tabú número uno en el Tai-chi chüan. En todos los movimientos debe usarse la voluntad, tanto para dirigirlos como para enlazarlos. Por ejemplo, cuando movemos las manos hacia arriba no se mueven automáticamente por sí mismas, sino que nuestra voluntad las mueve hacia arriba. Cuando nos movemos, nuestra voluntad continúa y el movimiento de las manos continúa. Cuando paramos la voluntad, el movimiento de las manos se interrumpe. Después de un largo período de práctica, se puede desarrollar una especie de poder mental que el Tratado de Tai- chi describe como ¨ser capaz de mover el chi con la mente y de impregnar el cuerpo de chi¨. Éste es el secreto de ¨la mente sobre el cuerpo¨.
6. La unificación de la forma y el espíritu
El último objetivo de la práctica del Tai-chi chüan es el cultivo del espíritu. Por lo tanto, mientras practicamos los ejercicios, se debe levantar el espíritu de forma que esté en armonía con el movimiento del cuerpo. Sólo de ese modo nuestro cuerpo puede estar alerta para aprender ante un estímulo externo , y sólo de esta manera nuestros movimientos pueden ser ligeros y ágiles.
Extraído de ¨La técnica del Tai-Chi¨ de Ángel Fernández Castro
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