domingo, 11 de marzo de 2018

Lectura Domingo 11 de marzo

Los mejores resultados se logran con hábitos correctos

Los tres elementos del chi kung son la forma, la respiración y la mente, y en vuestro entrenamiento debéis alcanzar una coordinación armoniosa de estos elementos. Dicho de otra manera, que se han de practicar como una unidad tanto los movimientos dinámicos como la postura estática y los diversos controles respiratorios, y también la visualización ha de hacerse como una unidad y con la delicadeza apropiada. Por ejemplo, si os limitáis a practicar los movimientos físicos sin el apoyo de la respiración, o bien a inspirar y exhalar sin la guía mental adecuada, no alcanzaréis los mejores resultados.

La frase ¨los tres corazones¨se refiere aquí al corazón de la paciencia y el corazón de la perseverancia. Se debe tener confianza en que el instructor es competente y el método eficaz. Si no siente esta confianza, tendrá que optar por otro instructor o por otro método, pero es necesario tener paciencia. Hasta una simple flor necesita varios meses para convertirse en fruto, de manera que tendrá que concederse por lo menos algunos meses para apreciar los resultados. Deberá ser perseverante para merecer la recompensa, y ante el consejo de que ¨nada que valga la pena se obtiene sin esfuerzo¨ esto puede ser una buena motivación.



Las formas en su entrenamiento en chi-kung, es decir, el modo en que realiza los diversos movimientos en el chi-kung dinámico o la actitud en el estático, deben ser correctas. Aunque el aspecto formal es el menos importante en esta disciplina, la práctica correcta os permite acceder, en grado máximo, al objetivo para el cual ha sido diseñada. Por otra parte, no hay que preocuparse en exceso por la exactitud en la ejecución de los ejercicios, ya que siempre hay un margen de tolerancia para las peculiaridades y los puntos débiles de cada cual.

La respiración, que es el segundo elemento del chi-kung, debe ser lenta, suave y profunda, y no se la ha de forzar jamás. Es frecuente que una respiración forzada conduzca a efectos colaterales indeseables, como pueden ser mareos y dolor en el pecho. Exhalar es tan importante como inhalar; es más, durante las elementales primeras etapas, la exhalación es lo más importante. También es importante una pausa, que no ha de ser una interrupción directa, en diversos momentos del proceso respiratorio, pero esta pausa no ha de resultar forzada. Si en el transcurso de ella sentís que el aliento quiere entrar o salir, permitid que esa maravillosa corriente de vida fluya por su curso natural.

Es menester manejar con delicadeza y cuidado la mente, ese tercer elemento del chi-kung que, sin ser quebradizo ni frágil, si se fuerza dará lugar a un estrés sumamente dañino.

Tal como lo expresó Willam James, el padre de la psicología estadounidense, la mente es ¨la fuerza más poderosa del mundo¨. Una mínima expresión de esa fuerza es la capacidad de visualización, que en modo alguno debe forzarse, para alcanzar buenos resultados en chi-kung.

A fin de proporcionar a la mente las mejores condiciones para su funcionamiento, y también para que el chi fluya con armonía, el practicante ha de mantenerse relajado, tranquilo y natural, no sólo en la dimensión mental sino también en la física. Tensar los músculos, por ejemplo, interrumpe el suave fluir de la energía; la ansiedad crea energía negativa, y si el practicante mantiene una postura antinatural - a menos que cuente con un entrenamiento especial, como los yoguis- , alterará la concentración mental. Si se presta cuidadosa atención a este principio, no sólo se mejoran los resultados, sino que también estará haciendo mucho por prevenir posibles desviaciones.

Vuestro progreso debe ser sistemático y gradual. Hay que conceder al cuerpo el tiempo suficiente para que se readapte al nuevo nivel de energía que irá alcanzando durante su entrenamiento en el chi-kung. Por ejemplo, cuando un determinado órgano está enfermo, otros que no lo están funcionan de manera tal que sirven de ayuda o compensación para el órgano afectado. La recuperación , por lo tanto, debe ser gradual en la medida necesaria para permitir que los demás órganos se readapten a un medio que vuelve a ser saludable. Un progreso demasiado rápido o aleatorio puede ser peligroso para el cuerpo.

En el entrenamiento debe haber una coordinación entre lo interno y lo externo. Aunque el desarrollo interior es el sello distintivo del chi-kung, no se han de descuidar los aspectos físicos y externos, como los diversos estiramientos musculares y los movimientos de rotación de las articulaciones en las formas dinámicas del chi-kung. Si sólo se fomenta los aspectos internos, como la energía y la mente, estará sano y mentalmente renovado, e incluso avanzará en el ámbito espiritual, pero los músculos seguirán tan tensos y las articulaciones tan rígidas que apenas podrá girar el cuerpo.

Su vida cotidiana debe ser normal y apropiada. Si una persona, por ejemplo, practica un ejercicio de chi-kung de probada eficacia para curar una enfermedad determinada, pero sigue exponiéndose a los factores negativos que contribuyeron a provocarla, como acostarse tarde, fumar demasiado o no controlar su carácter irritable, los beneficios que obtenga del chi-kung pueden quedar neutralizados por su conducta negativa.

Se ha de ser dócil y humilde en el aprendizaje, regular y diligente en la práctica. Es sorprendente cómo muchas personas, que pretenden quizás encubrir sus debilidades, desdeñan el que se les ofrece, y adoptan una actitud que da a entender que su propio estilo, o sus métodos propios, son los mejores. Esta actitud debe de haber sido frecuente en la Antigüedad, ya que los maestros del pasado aconsejaban con frecuencia que debíamos ser humildes en nuestra búsqueda del conocimiento. Pero incluso estando bien informados, debemos practicar con regularidad y diligencia.

Fuente: Chi-Kung para la salud y la vitalidad,  de Wong Kiew Kit

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