Normas para la práctica del Tai Chi Chuan
Ejecución
consciente
Todos los movimientos del cuerpo, a excepción de las reacciones reflejas,
están dirigidos por la consciencia. Ésta es una constante a lo largo de todo el
conjunto de secuencias del Tai Chi Chuan. La capacidad de concentración y la
imaginación desempeñan un papel de primer orden.
A modo de ejemplo, en el ¨comienzo¨ (Chi Shih), primera secuencia de la escuela
de Pekín, se levantan lentamente los brazos hasta la altura de los hombros.
Para realizar el movimiento, no se deben desplazar los brazos inmediatamente:
antes hay imaginarse la acción y luego ejecutarla despacio y de manera
relajada. Lo mismo ocurre con los demás movimientos: primero se desarrollan
mentalmente y luego se ejecutan.
La fluidez característica del Tai Chi Chuan sólo se consigue mediante la
ejecución consciente. Dicho de otro modo: la mente dirige al cuerpo y el cuerpo
sigue el fluir del pensamiento.
Para mantener estos principios hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
Calma
Desde el instante en que se ejecutan los movimientos del Tai Chi Chuan hay
que estar tranquilo y concentrado y evitar que el pensamiento se distraiga con
otras ideas. En ese momento, sin abandonar el estado de sosiego, hay que
comprobar:
- que la posición de la cabeza y el tronco sea la correcta;
- que los hombros y los brazos estén relajados;
- que la respiración sea libre y fluida.
Sólo entonces se puede practicar el Tai Chi Chuan. Esta preparación es
fundamental para que la calma esté siempre presente en los movimientos.
Para alcanzar la concentración necesaria y ejecutar con plena consciencia cada
movimiento hasta en su menor detalle, es necesario tomarse el tiempo necesario
y mantenerse en calma. En caso contrario se corre el riesgo de que los
movimientos sean desequilibrados o incorrectos y de que la secuencia resulte
confusa. Así lo expresan los siguientes principios:
¨La calma es el timón del movimiento¨
¨El sosiego permanece durante la acción¨
Atención
Para la práctica correcta del Tai Chi Chuan, además de estar relajado y en
calma, hay que dirigir toda la atención a la representación mental y a la
ejecución de los movimientos, y realizarlos de manera concentrada y consciente.
Los pensamientos extraños no deben perturbar en ningún momento el desarrollo
del ejercicio, ni tampoco hay que dejar vagar la vista alrededor.
Al principio se suele olvidar la importancia y el papel central de la ejecución
consciente, de manera que el individuo se aleja de ella centrándose demasiado
en las particularidades y la coordinación de los movimientos. Después de
adquirir la experiencia suficiente a través de una práctica larga y paciente,
se empieza a avanzar lentamente hacia el estado en el cual la consciencia guía
al cuerpo y la representación mental está en consonancia con la ejecución de
los movimientos.
Fuente: Tai Chi Chuan, de Foen Tjoeng Lie
No hay comentarios:
Publicar un comentario