domingo, 31 de marzo de 2019

Lectura Domingo 31 de marzo

Pensamiento y Atención Central

En la práctica del Yoga, del mismo modo que en toda técnica de interiorización , es de todo punto indispensable que el pensamiento vaya disminuyendo hasta desvanecerse, a voluntad, y que la atención se intensifique y aumente en claridad, profundidad y estabilidad.

El pensamiento maneja datos, los compara y los combina; abstrae e infiere. Su acción es inestimable en todos los aspectos existenciales del hombre. Pero no le ayuda, salvo en casos excepcionales de neto predominio metafísico, en el trabajo de su interiorización y de su simplificación. La atención correcta, cuando es desarrollada plenamente, es la única facultad que permite la integración y unificación de todos los niveles y planos de la mente humana.

El objeto o finalidad de ambos es el conocimiento. El pensamiento utiliza representaciones mentales o ideas de orden más general o abstracto. La atención vincula directamente el intelecto con todos los contenidos de conciencia haciéndolos inteligibles, es decir, permitiendo ver dentro de ellos.

El pensamiento "da vueltas" alrededor del objeto pensado. La atención une directamente , en línea recta, el objeto con el sujeto a través de la mente.



El hombre está prácticamente hipnotizado por las imágenes mentales, por las ideas que en rápida sucesión están apareciendo en su mente. Está tan acostumbrado a ellas, que llega a creer que sólo ellas son la verdad, y así, es sólo mediante ellas que busca la Verdad: la verdad de sí mismo, de la Naturaleza y de Dios.

La mente humana puede tener verdades, pero no la Verdad. La Verdad del hombre es el hombre mismo, todo él, incluida su mente. La Verdad contiene la mente, pero la mente no puede contener la Verdad.

La actividad de pensar ha llegado a ser un vicio que el hombre ha adquirido y que utiliza automáticamente, aun cuando no le es necesario, incluso cuando le perjudica. No cesa, no para nunca, no puede frenarlo, ha perdido su dominio y está, el hombre todo, a merced suya. Y seguirá siendo esclavo de su mente hasta que se dé cuenta de que ninguna de las ideas que pueda tener, será su Verdad, y que sólo la Idea que le tiene a él es la que lo constituye, la que es su única Verdad.

Hemos de considerar dos clases de atención: Atención particular y atención central.
La atención particular es la que dirige la acción de la mente consciente hacia un determinado objeto de modo exclusivo. Éste es el significado corriente de la atención. Cuando se mantiene algún tiempo, se denomina concentración. Es muy importante dominarla bien, pero no es ésta la que aquí nos interesa más.

La atención central es el acto de estar muy despierto, muy consciente, pero sin dirigirse hacia ningún objeto, interno o externo en particular. En ella se registra todo cuanto aparece en la conciencia, pero de modo que la atención no queda absorbida en el fenómeno, sino que conserva su propia postura central e inmóvil. Viene a ser una atención general, pero con la diferencia de que en la atención central la percepción es clara, definida, precisa e instantánea, en lugar de ser vaga y difusa como en la atención general. También se diferencia de la atención general en que , en ésta, la conciencia está como en un estado nebuloso e informe, mientras que en la atención central hay un núcleo o punto central de extraordinaria intensidad.


Fuente: Fundamento y técnica del Hatha-Yoga, de Antonio Blay Fontcuberta

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